Ante la incertidumbre

 
Silencio.jpg

ESTA FUE LA SEGUNDA NEWSLETTER DE SARA PAINT, DEL 22 DE MARZO DE 2020. PASADO UN MES, LA PUBLICO AQUÍ.

SI QUIERES APUNTARTE A LA NEWSLETTER PARA RECIBIRLA EN TU BUZÓN UNA VEZ AL MES, TIENES EL ENLACE AL FINAL DEL POST

Estamos viviendo un momento histórico sin precedentes. Nunca hubiéramos imaginado que algo así podría pasar… y sin embargo, está pasando. Muchas cosas se han dicho sobre el tema, quizá demasiadas. Algunos incluso se aventuran a buscarle un significado, una explicación, un por qué… aunque la mayoría lo único que intentamos es sobrellevarlo como podemos. Nadie tiene la solución para sobrevolar esto sin despeinarse, porque es algo completamente nuevo para todos.

Yo misma tampoco sé muy bien cómo llevarlo, y ponerme a dar consejos me parecería frívolo. No me siento con potestad de dar ningún tipo de lección, porque estoy aprendiendo sobre la marcha igual que todo el mundo. También siento, como todos, mucho miedo, ansiedad y tristeza. Aún así, intento afrontar esto con positivismo desde lo que soy (una humana más atravesando la situación como puede) y desde mis recursos. Por eso, te comparto este pequeño texto, por si sirve para iluminar, aunque sea levemente, este domingo. Gracias de antemano por estar conmigo.

1.jpg

Convivir con la incertidumbre
 

Quizá lo más duro de toda esta crisis es el hecho de no saber qué va a pasar. El mundo tal y como lo conocíamos parece que se tambalea, lo que siempre había parecido estable, de repente ya no lo es tanto. Es normal sentir miedo, porque tenemos la sensación que hemos perdido el control (y en algunos casos, lo hemos perdido de verdad). Sin embargo, aquí me recuerdo a mí misma… que este “control” que echamos en falta, en realidad nunca fue real. En la vida, en general, nunca sabemos lo que puede pasar, aunque la sensación de seguridad parezca tan firme. Las cosas pueden cambiar mucho y muy drásticamente, es parte del trato que hacemos al nacer.

¿Pero qué hacemos, entonces? ¿Entrar en desesperación ante esta perspectiva? No. Para mí, la clave está en aceptarlo, y después aprender a convivir con ello (aunque no sea fácil). La vida tiene un gran componente impredecible siempre. Podemos hacer planes, pero siempre hemos de estar abiertos a la posibilidad de imprevistos y ser flexibles ante ellos. 

2.jpg

Aceptar y soltar
 

Ahora mismo nos agobia mucho estar tanto tiempo en casa. Es normal. Es algo para lo que no estamos programados, como seres sociables que somos, necesitamos salir y relacionarnos entre nosotros. Sin embargo, si lo pensamos, es un sacrificio pequeño comparado con tantos otros que han tenido que hacer los seres humanos a lo largo de la  historia de la humanidad. Y tantos otros, no del pasado, sino del presente, que están mil veces peor que nosotros… empezando por quienes tienen que luchar en guerras, o huir de sus países por falta de recursos. Nos parece algo lejano, pero de nuevo es una ilusión de la mente: podríamos ser cualquiera de nosotros. 

Para valorar esto, a mí me ayuda mucho hacer uso de la gratitud. Siempre hay algo por lo que estar agradecido: tener un techo, una familia que me apoya, unos amigos que me quieren. Hoy me he sentido agradecida hasta por tener un grifo del que sale agua con la que poder lavarme las manos. O que la habitación se ilumine, con solo hacer un click. Es increíble, si lo piensas. 

Nuestro sufrimiento muchísimas veces viene por resistirnos a aceptar las cosas como llegan. No queremos soltar el control  nos negamos a aceptar lo que no nos gusta, y eso solo nos causa más malestar. En su libro To love and let go, Rachel Brathen dice lo siguiente:

“The pain is in the resistance.

Allowing brings peace.

Let go”

-

“El sufrimiento está en la resistencia.

Permitir trae paz.

Suelta”

"Soltar", en esta situación que estamos viviendo, para mí tiene mucho que ver con dejar de buscar explicaciones o arreglos, y fluir incluso con lo que no nos gusta. Dejar de esforzarse por luchar contra las circunstancias que están teniendo lugar, y en su lugar abrazar el no saber, aunque no sea agradable. Y a partir de ahí, construir.


 

El silencio ante el ruido

En mi última newsletter, hablé de la importancia de trabajar el silencio interior para encontrar la calma y la paz. En estos momentos, no me puede parecer de mayor importancia. Puede que una de las cosas que más nos está costando sea precisamente esto: estar en silencio. Nos incomoda enfrentarnos al vacío (a mí también), y tratamos de llenarlo con cualquier cosa - lo que sea - con tal de tener algo que hacer. Con tal de no enfrentarnos a nosotros mismos. 

3.jpg

Supongo que el silencio nos da miedo porque nos hace enfrentarnos a nosotros mismos, y a todo lo que ello conlleva: nuestros dolores, nuestras heridas sin sanar, nuestro crítico interior. Pero quizá, si lo practicásemos más, poco a poco se iría haciendo menos doloroso y podríamos ir haciendo las paces con él.

¿Por qué soy tan insistente en esto? Porque dentro de nosotros está nuestro hogar. Debajo de todas las capas de miedos y juicios, está nuestra base, lo que sostiene todo lo demás. Y esa base, cuanto mejor construída esté, más nos ayudará a superar las tormentas que vengan. Porque las tormentas siempre vendrán, y llegará un momento en que será imposible huir de ellas: habrá que enfrentarse. Por eso es tan importante cultivar dentro de nosotros ese hogar estable, que permanezca inalterable ante las circunstancias externas (sean las que sean). 

En este momento nos ha tocado vivir algo difícil, pero ¿cuántas veces nos manda la vida batallas mucho más complicadas, que además tenemos que luchar solos? Por lo menos, en esto, estamos todos juntos. Por lo menos, podemos mirar por la ventana y saber que la persona de enfrente está igual que nosotros.

4.jpg

La importancia del autocuidado, ahora también 

Dicho todo esto, soy consciente de que la dificultad ahora mismo es real. La paralización casi total del planeta entero es algo que nunca habíamos experimentado en nuestra historia que nunca se había experimentado en toda la historia de la Humanidad. Había plagas, sí. Pero la gente seguía su vida, nada se paralizaba… y hablar solo en términos filosóficos sobre algo esto me parecería poco realista e ingenuo.

Yo también estoy preocupada por mi situación profesional, por mi familia, mis amigos… y a veces me siento impotente. Sin embargo, de nuevo: ante esto, lo único que puedo hacer es aportar lo que pueda. En estos momentos, quedándonos en casa sin salir para nada es como más aportamos a las personas que están ahí fuera trabajando por nosotros. Pensar así me hace sentirme como si fuéramos pequeños luchadores, contribuyendo entre todos a que esto se pase lo antes posible. A menudo, el interés del otro se contrapone al mío. En esta situación - como tantas veces ocurre - lo que es bueno para mí (quedarme en casa para no contagiarme), es bueno para los demás (no contagio). Esto también ayuda.

También pienso que en este momento, el autocuidado es de una importancia tremenda. Nos ayuda a mantener la calma y a estar de mejor humor, para así poder sobrellevar estas circunstancias lo mejor posible y estar mejor para ayudar a los demás. Os dejo aquí abajo algunos pensamientos sobre ello:

5.jpg
  • La clave está en preguntarte a menudo: ¿qué necesito? Y tratar de atender esas necesidades. Quizá necesites soledad si estás pasando la cuarentena con la familia, o todo lo contrario… a lo mejor te viene bien tomar un café virtual con alguna amiga… o tomarte un vino y mandarlo todo a tomar por saco, también. Todo es válido.

  • Recuerda que ni siquiera en esta situación el peso del mundo entero recae sobre tus espaldas. Haz lo que puedas, con lo que tengas. No podemos llegar a todo, por mucho que a veces nos frustre. Aquí, nuestra gran responsabilidad es hacer lo que debemos en nuestro entorno, con nuestros seres cercanos.

  • No pasa nada si no consigues mantener una disciplina ideal o hacer esos retos que todo el mundo manda por Whatsapp. Nadie nos ha preparado para una pandemia mundial, no hay nada que debas hacer, a parte de sobrevivir. 

  • Aquí no hay “mood” prominente que valga. Todas las emociones son válidas… y es normal que sintamos tristeza, saturación, nervios, miedo. No pasa nada si ese es nuestro estado habitual durante esta temporada, de hecho es de esperar. Lo importante es que no nos juzguemos por ello. Bastante desagradable es sentir esta ansiedad, como para encima añadir otra capa de juicio por encima sobre si lo que siento está bien o está mal. 

  • Intenta no estar pendiente las 24 horas de las noticias y de las redes sociales. Demasiado ruido, cifras y datos pueden llegar a generar más estrés del necesario. Hay que estar informados, pero quizá sin bombardearse.

  • Al mismo tiempo, si te ves directamente afectado por esta situación en tu ámbito laboral, recuerda que existen medidas e iniciativas que están saliendo a la luz para ayudar un poco a paliar los efectos de esta crisis. Investiga si existe alguna ayuda de la que te pudieras beneficiar, seguramente la haya.

  • Muévete si te apetece, como te apetezca. A lo mejor te pones un disco de Shakira y lo das todo en tu habitación, a lo mejor haces una clase de body combat online y te pones más fuerte que en tu vida. Lo que sea, pero tampoco te sientas mal por “no hacer”. Recuerda que no hay receta para permanecer 30 días encerrada en una casa. 

  • Ríete. Si hay algo bueno que está saliendo de todo esto, (a parte de la motivación de algunas comunidades de vecinos), son los memes y las tonterías de la gente. Me parece la mejor terapia. A veces no hace falta más.

6.jpg

Y si la cosa realmente se está poniendo complicada para ti… te mando el más fuerte de los abrazos. Ojalá el dolor no fuera parte de la experiencia humana, pero a veces es inevitable. Todos en nuestra vida (todos) pasamos tarde o temprano por momentos que nos ponen a prueba. Pero el ser humano es resiliente y tiene una gran capacidad de superación. 

Y al final, incluso en el más profundo de los agujeros, siempre es posible encontrar un rayo de luz. Incluso ahí. 


 

***
 

Os comparto algunos recursos de cosas que a mí me calman cuando me siento nerviosa o bloqueada:

  • El canal de youtube de Haegreendal: vídeos preciosos para contemplar con calma sobre el día a día casero de una madre que cuida cada detalle de su hogar: https://youtu.be/cxR4NKcx2Mg (se pueden poner subtítulos en español)

  • El canal de youtube de Jonna Jinton: maravillas de una vida en plena naturaleza nórdica narradas con calma y delicadeza: https://youtu.be/Pwsqto7yeYU (se pueden poner subtítulos en español)

  • La película de “Kiki’s delivery service” (en español, “Niki, la aprendiz de bruja”) del Estudio Ghibli. Es una película para contemplarla con calma, perderse en los fondos dibujados en acuarela y disfrutar. Está en Netflix, aunque yo antes de tener Netflix le encontré también por Internet.

  • La serie “Anne with an E” es maravillosa y contemplativa. Sin necesidad de grandes dramas, es ideal para perderse en otra época. Está también en Netflix.

Un abrazo enorme 

Con cariño,

Sara

P.D.:

Mi más profundo respeto por todas las personas que están trabajando día a día en primera fila por erradicar este virus, que se expone para que el país siga funcionando y podamos seguir teniendo agua, luz y comida en nuestras casas. Y mi total admiración por los sanitarios especialmente, que se están teniendo que enfrentar a decisiones duras y situaciones muy complicadas estos días. Ojalá se les valore y se les proteja como es debido. Para ellos, poco tengo que decir más allá de que el país - y el planeta - entero estará en deuda con ellos para siempre.

 
 
Sara Peña Martín