Frutos de septiembre

 

Querida persona lectora,

 

Una semana más tarde, pero aquí está mi Paseo de septiembre. Este mes marca el inicio de mi estación favorita del año: el otoño. Y aunque en Valencia el frío es todavía una ilusión lejana, al menos parece que poco a poco sí vamos dejando atrás el calor más intenso. Mi "pumpkin latte" lover interior quiere que se empiecen a caer ya las hojas de los árboles y podamos sacar los jerseys, pero no estamos todavía en ese punto. Estamos en una transición, un momento de cambio. Y las transiciones, normalmente, suelen ser curiosas de transitar.

 

Me pregunto si es posible encontrar estabilidad en el cambio. Es algo que nos ayudaría mucho, porque en realidad estamos experimentándolo continuamente. Solemos poner la mente en el pasado o en el futuro, pero nos cuesta acomodarnos cuando hay inestabilidad y movimiento. El reto está, supongo, en intentar apreciar el momento presente. ¡Casi nada!

Para esto, hay algo que a mí me ayuda, y es reconocer las características propias del momento que se atraviesa, detectar las particularidades que lo hacen único. Así, deja de ser un “trámite” que hay que pasar y se convierte en algo con identidad propia. Si vamos un paso más allá y tratamos de encontrar lo agradable de la situación, podemos incluso encariñarnos un poco. Está claro que a veces la vida nos pone en unas circunstancias realmente horribles, y no voy a ser yo quien repita el cliché de que siempre se puede sacar el lado bueno de todo (porque a veces no es fácil). Sin embargo, sí que creo que incluso durante los cambios más incómodos, se puede encontrar algo que nos haga sentir contacto con la tierra, con la estabilidad y la permanencia. Y, en consecuencia, que nos ayude a sentirnos un poco mejor.

 

Para mí, septiembre es siempre como un regreso a mí misma. Las ideas abstractas que rondaban por mi cabeza en verano empiezan a concretarse y a tomar forma, como una fruta que madura y que por fin se puede recoger. La tierra se tinta de color dorado por todo el sol recibido los últimos meses. Al parecer es temporada de manzanas, de uvas y de higos. Los días todavía son más bien largos, pero poco a poco se van acortando hasta que alcanzamos el equinoccio de otoño, el punto en el que el día y la noche duran exactamente lo mismo en todo el mundo (y que curiosamente, coincide con mi cumpleaños). Este “verano tardío” es una oportunidad excelente para asentarnos, hacer balance del camino recorrido y, quizá, iniciar nuevas rutas.

 

Me gusta esta idea de recoger los frutos. No tenía ni idea de esto pero este año he descubierto que, al parecer, la transición entre el verano y el otoño es un momento de esplendor en el huerto. De hecho, la primera luna llena del mes se llama “harvest moon” (luna de cosecha). Me fascina todo lo que tiene que ver con el tema. Y aunque me considero una novata y probablemente resultaré muy ingenua a ojos de agricultores experimentados, eso no frena mi curiosidad y admiración. A día de hoy, para mí no hay mayor lujo en la vida que los regalos que nos da la naturaleza, y no hay persona más afortunada que aquella que los tiene a su alcance. 

Creo que la naturaleza es sabia. Y creo que nos hace bien aprender sobre sus ritmos y estaciones, porque nos puede ayudar a saber más sobre nosotros mismos. Si este verano has tenido oportunidad de vivir momentos que han recargado tus pilas (o incluso los estás viviendo ahora), estos son los frutos que podrás recoger. Las cenas con amigos, los baños en la playa, los pequeños viajes... Todo lo bueno que vivimos, ya sean grandes experiencias o pequeños momentos, nos puede servir como energía para atravesar un poco más fácilmente los momentos complicados. 

 

Justo mientras terminaba esta newsletter, me he topado en YouTube con el último vídeo de Her 86 m2. Su canal es una fuente de inspiración rebosante, pero este vídeo en especial me ha parecido una maravilla. Habla sobre muchas de las cosas de las que reflexiono aquí, y curiosamente menciona un poema de Mary Oliver, la poeta a la que dediqué mi newsletter anterior. Ver sus imágenes de campos verdes, abundancia y vida en la naturaleza alimenta mi creatividad y mis ganas de llevar una vida más cercana a la naturaleza. Si a ti también te inspira eso, te recomiendo que explores su canal.

 

¿A ti qué te inspira septiembre?

Como siempre, gracias por leerme hasta aquí me siento muy afortunada. Por cierto, en otro orden de cosas, os cuento que estoy ya empezando a preparar el calendario nuevo, ¡y estoy muy emocionada! Navidad siempre es un momento bonito y tengo muchas ganas de sacar adelante todo lo que tengo en mente. Este año me gustaría compartir un poco más del proceso, así que... ¡os iré contando!

 
Sara Peña Martín