(Re)aprender a jugar

 

Querida persona lectora,

Como quizá habrás notado (o quizá no), he estado una temporada desconectada de las redes, y también he dejado de mandaros emails. Y es que a finales de diciembre, conforme terminaban las navidades, tuve un bajón de energía enorme, un golpe de cansancio como pocas veces había experimentado. No de cansancio físico, sino mental, o emocional, no lo sé. Me notaba desgastada, sin ganas de seguir haciendo mi trabajo. Por eso, durante estos casi dos meses, he decidido parar, sentarme conmigo misma y tratar de entender qué estaba pasando.

Lo primero que quiero decir es que soy muy consciente del privilegio que supone poder pararlo todo y dedicarte a ti misma el tiempo que necesites para reubicarte. No hubiera podido hacerlo si no hubiera sido porque mi pareja me ha apoyado completamente y porque yo tenía algo ahorrado y eso me ha dado un colchón para poder estar tranquila. Aún así, creo que también tengo que reconocerme (como me dijo mi amiga Bea) la importancia de haber sido capaz de detectar a tiempo que algo no andaba bien, antes de que se convirtiera en un problema mayor. Y creo que también es valiente decidir hacer una pausa cuando a ojos externos parece que “todo te va bien”.

Al principio, no sabía muy bien por dónde empezar. Así que lo primero que hice fue descansar mucho: dormir, literalmente. Vi muchas pelis, series, salí a dar muchos paseos (o los que el frío de enero me permitió) y me regalé muchos momentos en cafeterías bonitas. Creo que hice una especie de hibernación, como los osos. Algo que, por cierto, me vino estupendamente.

Conforme fui recuperando algo de energía, empecé a leer a gente que había escrito sobre lo que me estaba pasando. Me compré el libro de Julia Cameron, “El camino del artista”, recomendado por mi amiga Coco, y sinceramente, no podía haber hecho mejor compra. En los primeros capítulos, hablaba sobre la idea de que todos los artistas tenemos un pozo interior, una especie de estanque del cual sacamos las ideas. Conforme trabajas, las vas sacando del pozo, y por eso es tan importante volver a rellenarlo de forma regular. ¿Y cómo se rellena?

“Cuando quieras alimentar tu manantial piensa en términos de magia. Piensa en placer. Piensa en juego. No pienses en obligaciones.”
- Julia Cameron

Algo dentro de mí vibró. ¡Era por ahí!

Seguí leyendo y explorando otras fuentes al mismo tiempo. Estudié a varios artistas, los que hacen el tipo de trabajo que a mí me gustaría hacer. Me dediqué a leer entrevistas, a ver vídeos, a curiosear sobre los procesos de trabajo de otros. Estuve un buen tiempo enfrascada en esta especie de análisis, incluso me apunté a varios cursos online (lo cual, por cierto, recomiendo encarecidísimamente). ¡Me ha abierto tanto la mente explorar cosas nuevas!

Y entre tanto estudio, me di cuenta de algo que me llamó mucho la atención: todas (¡pero todas!) las ilustradoras que admiro tienen algo en común que yo he olvidado casi por completo en los últimos años: mantienen una práctica artística regular. Dibujan en cuadernos, pintan con acuarelas, hacen bocetos, se manchan, exploran… juegan. Yo solía hacer todo eso antes, pero he ido abandonándolo sin darme cuenta. ¿Por qué? 

Supongo que hay muchos factores que han influido. En 2019 tuvimos en mi familia una pérdida muy grande que nos dejó a todos completamente paralizados, y me estoy dando cuenta (ahora) de que quizás me ha afectado más de lo que era consciente. Y sin duda, la situación de pandemia no me ha ayudado ni a mí ni a nadie. Por eso he pasado este tiempo como de puntillas, con el cuerpo encogido, por miedo a que si daba un paso en falso podía pasar otra vez algo terrible. Se puede vivir así un tiempo, e incluso sacar cosas bellas de ahí. Pero supongo que, en algún momento, todos necesitamos sentir que es seguro levantar la mirada del suelo.

En una situación de tensión, es tremendamente complicado relajarse plenamente. Se necesita cierta seguridad, algo sobre lo que dejarse caer. Pienso que quizá por eso durante estos años me he cortado tanto de dibujar por placer. Prácticamente todo lo que he hecho ha sido “para algo” (para un encargo, para publicarlo en Instagram, para un regalo…) pero muy poco simplemente porque sí. Ese elemento lúdico del que hablaba Julia Cameron, tan importante para los artistas, estaba prácticamente enterrado. 

Dibujar es muy parecido a jugar. Jugar, tal y como lo hacen los niños, requiere tiempo, requiere un espacio solo para eso. Necesita dedicación para construir cuidadosamente el mundo en el que te estás metiendo, con todos sus detalles, sus personajes, sus ciudades. Implica sumergirte plenamente en un universo que tú mismo construyes. Exactamente igual que cuando dibujas, o cuando escribes… o cuando creas cualquier cosa. No podemos hacerlo si estamos repasando constantemente todos los “deberías” de nuestra lista mental. 

  1. Encuentra una historia que quieras contar. Si no se te ocurre ninguna, puedes leer un libro o ver una serie para inspirarte.

  2. Haz un hueco de tiempo en tu agenda sin que nadie te moleste. A lo mejor tienes que hacer los deberes antes para estar más tranquilo.

  3. Deja la vergüenza apartada. Para meterte en el papel de un rey, o de una sirena, tienes que creértelo.

  4. Dedica todos tus esfuerzos a hacer que el mundo de tu juego sea real. Y si te llaman para cenar, diles que antes tienes que terminar de matar al dragón.

  5. Recuerda que cuando termines si no te gusta no pasa nada. Puedes empezar otro juego siempre que quieras.

Y eso es en gran parte lo que he estado haciendo estos meses: (re)aprender a jugar. También he hecho otras cosas, pero las iré compartiendo poco a poco. Por ahora, quiero dejarlo aquí. Aunque no me despediré sin antes mencionaros tres cosas importantes:

Lo primero que quiero compartir es uno de los recursos que más me han ayudado a desbloquearme durante este tiempo: el taller online “mapa creativo”, de Amalia Flores. No puedo expresar con palabras lo bonito que ha sido, de verdad. He descubierto una parte de mí que ni siquiera sabía que tenía, he recordado facetas personales durmientes, y sobre todo he disfrutado muchísimo. Te lo recomiendo de todo corazón si estás pasando por un momento similar al mío. ¡Creo que el próximo será en mayo!

     

Lo segundo, es que quiero contarte que… ¡mi newsletter va a cambiar de nombre! A partir de ahora, se va a llamar Paseo. No te preocupes, todo seguirá siendo igual, pero me apetecía mucho darle un nuevo aspecto para simbolizar este cambio de etapa personal. ¡Ah! Y de ahora en adelante la enviaré siempre el primer domingo de cada mes. Te enseño la nueva imagen que he creado para ella, con la que estoy súper contenta:

- Y por último, quiero compartir contigo este vídeo. Es un resumen visual que he hecho sobre lo que han sido estos meses: descansar, leer, dibujar, pasear… incluso un pequeño viaje al norte (del que contaré más adelante). Espero que te guste y ojalá te inspire para, quizá, hacer algo similar ❤️

Si has llegado hasta aquí (que ya es bastante), GRACIAS, de corazón.
Me siento feliz. Un abrazo gigante,

Sara

 
Sara Peña MartínComentario